jueves, 19 de mayo de 2011

LORCA DESPUÉS DEL TERREMOTO. RESPIRANDO HONDO: MUCHO QUE HACER.

      Lorca nos acogió a mi familia y a mí misma cuando yo era un bebé. Ellos siguen ahí, pero a mí la vida me ha llevado a otros lugares diferentes. Por eso soy yo la que me desplazo, cada cierto tiempo, para estar con ellos.

      La última vez que he estado, ha sido tres días después del terremoto. Así que, las imágenes que aparecen en esta entrada son de ese momento concreto.
                
    Como ya he comentado anteriormente en otra entrada, suelo usar imágenes simbólicas para expresarme.    
      No me gusta la forma en que, a partir de un momento concreto,  los medios de comunicación empezaron a invadir la intimidad de las personas y a imponerles cámaras y micrófonos  en momentos en que se hallaban desgarrados por el dolor.


      En este caso, me parecería una falta de respeto total, el publicar imágenes de estas personas que, sin previo aviso y con una brutalidad pocas veces antes vista, al menos aquí en España, han pasado de una situación de normalidad, a estar abrumados por el pánico, el dolor, la incredulidad  y la impotencia.

      Las fuerzas de la naturaleza son impredecibles y sus efectos pueden ser devastadores, no distinguiendo a la hora de hacerse notar, entre lo viejo y lo nuevo.










    
      Ni tampoco si afectarán a niños, ancianos, jóvenes o adultos.














     
    
      El ser humano no deja de sorprenderme por su capacidad de recuperación incluso ante las situaciones más críticas. Y esto lo pude comprobar, una vez más, este sábado mientras caminaba por Lorca.

      Entiendo que las personas afectadas directamente por lo ocurrido necesitarán de un tiempo para poder reponerse (bastante tiempo, posiblemente).  Pero lo que vi en las calles de la ciudad, fue que los profesionales que se necesitan para restablecer la normalidad y eliminar el caos que aún existe, ya estaban manos a la obra.
Lo cierto es que esto hizo que la gran opresión que sentía en el estómago, se aliviara bastante.

      Estaban los que hacen una valoración del riesgo o no que puede suponer cada edificio dañado, determinando al mismo tiempo, las medidas a tomar en función de ese riesgo.





 
      Desgraciadamente, en algunos casos, por el coste que podría suponer en vidas humanas el no hacerlo, no hay más opción que la demolición, a pesar del valor que tenga el edificio para la gente, sobre todo si es, digamos, patrimonio de todos. 




















      En otros no hay que llegar a ese extremo, bastando con hacer caer aquellas partes que están dañadas pero que aún no han caído.




















    
      
     Cascotes que vistos en el suelo parecen poca cosa, pero que, cayendo desde cierta altura se convierten en algo así como proyectiles capaces que herir e incluso arrebatar vidas humanas.


    
    


     
     
      También era importante apuntalar los edificios que lo necesitasen, que, por lo que yo vi, eran muchos...


 
     

    


       
     
      Y finalmente ir retirando los escombros para ir despejando las calles, consiguiendo así que la ciudad no pareciese tan caótica y facilitando su paso por ella.



     La ciudad había despertado después de la pesadilla y mucha gente ya había empezado a trabajar para que ésta, lo antes posible, quede sólo como un mal recuerdo.
Pero el trabajo no provenía sólo de esta gente,  también estaban organismos como Cruz Roja, Protección Civil, Ejército, Bomberos, ...  y cantidad de voluntarios colaborando en distintas tareas...

     Y algo que me parece muy importante: gente de toda España dando muestras de solidaridad, unas simbólicas, como minutos de silencio por las víctimas, crespones negros, ... y otras de tipo material que, no nos engañemos, también son importantes, porque los daños económicos también han sido elevadísimos.

      Este suceso tan terrible ha dejado patente que, aunque uno se pase la vida luchando por conseguir una cierta estabilidad y comodidad, dentro de sus posibilidades, un revés del destino puede arrebatárselo todo en unos segundos... Pero también, que dentro del corazón de toda persona siempre hay un hueco para aquellos que de verdad lo necesitan.

      Desde aquí mi granito de arena con el deseo de que la recuperación tanto de la gente, como de la ciudad en sí, sea lo antes posible, y pronto l@s lorquin@s vuelvan a pasear por las calles sin miedo, con esperanza y sonriendo porque ven renacer de nuevo a "La ciudad del Sol".


5 comentarios:

  1. Las fotos son alucinantes, que pena. Pero estoy segura que con la ayuda de todos y la fuerza de la CIUDAD DEL SOL Lorca será casi la misma (la misma es imposible por las grandes pérdidas que ha habido)en poco tiempo. El patrimonio de Lorca para los murcianos es muy importante, todos lo sabemos y por eso lo sentimos, también por eso son tantas las muestras de solidaridad.
    Un amigo de mis padres es Lorquino, y un día se fueron creo que a una playa con un acantilado y tal, y se ve que a él no le gustó mucho, le agobiaba el ruido del agua y las olas, el aire... y dicen mis padres que le decía a su mujer, "nena vamonos pa Lorca, ¡¡como mi Lorca no hay ná!!", mis padres se meaban de la risa y lo recuerdan con mucho cariño.
    ¡¡Ánimo LORCA!!

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  2. Lo que está viviendo Lorca es tremendamente duro.Deseo con todas mis fuerzas que todo vaya recuperándose, tanto los daños físicos como morales.
    A menudo oímos y vemos desastres de este calibre y aún mayores en muchas partes del mundo ante los que sólo tenenos una exclamación par pasar rapidamente al olvido. Parece que "esas cosas" solo les pasa a los demás y si encima son de otra raza o cultura, pues más olvido aún.
    Es lógico que la cercanía también acerca el sentimiento pero sirva mi comentario para, además de expresar mi sentir por mis vecinos lorquinos, sirva,repito, para que tomemos conciencia de que nosotros también podemos ser y padecer eso que son y padecen "los otros".
    Cuantas veces hemos oído comentarios de desprecio o ignorancia hacia los llamados "sin papeles", pues hoy en Lorca, hay gente que no tiene casa, ropa, muebles ni papeles.Seres despojados de todo como tantos inmigrantes se encuentran.Y es que en la esencia no somos tan diferentes.
    (Ofrezco mi casa de la playa para alojar a algún vecino de Lorca sin techo)

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  3. Realmente ha sido una mala pasada lo ocurrido en Lorca, sólo espero que se recupere pronto toda la población y se olvide pronto. Así mismo añado mi deseo de que una cosa así no vuelva a ocurrir a nadie nunca más.

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  4. No creo que sirvan mucho mis palabras, puesto que se las lleva el viento, pero además de expresar mi solidaridad para todos l@s lorquin@s, desde el colegio vamos a realizar una campaña de recogida para ayudar a los dañados por el terremoto. Trabajo en el colegio "Las Tejeras" de Alcantarilla, y realizaremos un envío desde allí. A todos los que queráis colaborar, bienvenid@s.

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  5. Pues yo creo que todo sirve, palabras incluidas Marisol.
    Y la iniciativa de los colegios está dando resultados sorprendentes: la gente está dispuesta a ayudar y lo demuestran las cifras de lo recogido en cada uno de los que ya han dado por finalizada la campaña.
    Y, por si sirve, no sólo los adultos se apuntan, los niños también (mi niño decidió que, aparte de lo que yo aportase, él también pondría algo de sus ahorros. Muchos niños en Lorca se han quedado sin nada y él quería ofrecerles algo suyo).
    Si los niños son el futuro, nuestros niños tienen un gran corazón, y eso es esperanzador.

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